Entonces tomo mi teléfono y mis manos entorpecidas por el frío lo dejan caer y este se apaga... Debería dejarlo allí, pensé
Pero no, lo levanté y encendí de nuevo, vi mi mensaje de bienvenida y me acordé de el...
-rayos- Pensé...
Mi gusto fue más grande que mi sorpresa cuando ví el remitente del mensaje y sin pensarlo dos veces le llamé...
-¿ Estás bien ?
-Fué un error
Una vez más me dejé enternecer por el recuerdo y le permití un último orgasmo a mi cerebro
No hay comentarios:
Publicar un comentario