domingo

Gracias Ivan



 Caótico y joven de 19 años..
Metido en problemas con papá y mamá.. demasiado joven para permitirse sufrir por algo que no le confiere..

Perdido en el camino y a velosidades extremas, decide ignorar el último alto de la calle 22

En un parpadeo se iría su vida, en dos se iría la mía y en tres la de nuestras familias.

Pero en ese momento no importaba,
A mi no me importó caminar cantandole a la luz mercurial, para sacarte de mi pensamiento
No me importó perderme en la noche e ignorar las rojas señales de precaución.

Parpadié y mis ojos inundados de tristeza me nublaron por completo la vista.

Entonces Ivan apareció en su pick-up blanco
Con ambas manos sobre el volante, estrujandolo y presionando con rabia el acelerador
Sus lágrimas también nublaron su vista, pero entonces ocurrió el milagro.

Me detuve a mitad de la calle con sobresalto, como su alguien me hubiese llamado
Voltié a mi derecha y allí estaban aquellas brillantes y altas luces amenazantes que encandilaron mis de por si nublados ojos. Lo ignoré con las mismas lagrimas que no dejaron de correr por mi rostro, volví mi expresión al frente y seguí caminando.

El dió un frenón terrible cuando se percató de mi existencia, pero lejos de mostrarse enfurecido, mi dolor incontrolable y apenas ocultable quizás lo conmovió, quizás le afectó, quizás le recordó a alguien, quizás sólo pensó demasiado...

Yo perdida en mis pensamientos olvidé ese detalle y seguí caminando egoístamente como siempre, sin pensar en qué hubiese dicho el hombre que conducía aquel auto al verse obligado a frenar por algo más que una señal roja.

No me importó, y seguí con mi camino. pero pareciera que a Ivan sí.

Aunque a lo lejos y con sólo el rabillo del ojo podía vigilar que nungún loco asaltante o drogo se me acercara, apesar de caminar sola por la oscura calle 22. En eso, me percaté de que aquel pick-up blanco no había seguido su camino, si no que rondaba cerca del mío... Era eso o pensar que yo era una paranóica ya que había miles de autos similares.

Sucedió.. Yo seguí mi camino y volví luego de 4 cuadras caminadas, volví a sentir esa luz brillante sobre mi rostro. Pero esta vez no estaba en ningun cruce, en ninguna entrada, en ninguna brecha, estaba enmedio de la acera !!

Se acercó a mi pero yo no quise levantar la mirada por que ahora si me había invadido el miedo.
Miedo de pensar que quizás querrian asaltarme, que quizás querría secuestrarme, que quizás sólo querría matarme por parecerme a alguien que el dueño de ese auto odiase...

Entonces apreté mis manos y seguí caminando como si nada hubiera pasado, fingiendo sordera por la música que salía de mi brassiere.

Entonces una voz desconocida me habló desde el oeste:

.. ola.. ¿ Estás bien ? .. señorita, yo soy Ivan

... mucho gusto Ivan... no se preocupe, estoy bien, sólo se trata de dolor





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